Lo primero que tienes que saber, es que si vas a usar garbanzos en conserva tienes que lavarlos bien porque suelen traer mucho sodio.
Si vas a usar los garbanzos frescos, recuerda que tienes que remojarlos desde la noche anterior con una cucharadita de sal o bicarbonato. Al día siguiente, enjuágalos y ponlos a cocer durante 40-50 minutos o hasta que se ablanden.
Cuando tengas ya tus garbanzos tiernos, colócalos en una bandeja, rocía con aceite de oliva, sal y curry. Mezcla bien y llévalos al horno por 30 minutos a 180°C.
Pela la zanahoria y córtalas en rodajas finas. Pela las cebollas pícalas en juliana, así como también harás con el pimiento después de lavarlo y retirar las semillas.
Extiéndelos sobre una bandeja que puedas llevar al horno, rocía con sal, aceite de oliva y lleva también al horno por 30 minutos a 180ºC o hasta que se ablanden.
Mientras las verduras se hornean, pela el diente de ajo bien pequeñito, lava el pepino y rebánalo con una mandolina o un cuchillo bien afilado. Lava el cilantro y pícalo finamente. Reserva.
Retira los garbanzos y las verduras del horno y agrégalos en un bol. Incorpora el ajo, el pepino, el zumo de limón, un toque de pimienta y mezcla bien todo.
Rectifica la sal y luego tu ensalada templada de garbanzos estará lista para comerla. ¡Buen provecho!