Lo primero de todo es cocer un poco el arroz hasta que se ablande, lo colamos y echamos a una sartén con un poco de aceite para que empiece a freírse. Añadimos un poco de azafrán para darle un poco de sabor, pero no nos pasemos.
Lavamos bien el tomate y lo cortamos en trocitos pequeños que echaremos a la sartén. Remover todo para que se mezcle. Cuando empiece a oler bien la mezcla, troceamos bien los dientes de ajo y los añadimos. Pelamos y cortamos la cebolla en rodajas para luego cortarla en trocitos pequeños. La cebolla podéis comprarla congelada y así ahorraros el tener que cortarla.
La carne picada le echamos un poco de sal y pimienta y echamos sobre toda la mezcla en la sartén. Lo removemos todo bien y dejamos freír hasta que la carne esté hecha. Por supuesto remover de vez en cuando para que no se quede pegado.
Encender el horno a 180º C para que se vaya calentando.
Mientras vamos preparado la salsa; troceamos dos de los pimientos y lo echamos en la trituradora. También añadimos salsa de tomate, o podemos cortar otro tomate y echarlo, como más os guste. Triturarlo todo bien y luego empezar a batirlo bien, para que se vaya formado una salsa espesa. Añadir un poco de sal y pimienta y volver a batir. Si la queréis más suave, podéis echarle un poco de agua a la mezcla o salsa bechamel. Una vez esté bien removida y a vuestro gusto, dejarla para luego.
Ahora lavamos bien los pimientos sobrantes, los vaciamos con cuidado de no dañar la piel y los rellenamos con la mezcla que hemos hecho de arroz y carne.
Ponemos los pimientos en una bandeja que sirva para horno y echamos la salsa por encima de estos, dejando que caiga algo también en la bandeja. Por último, esto no es obligatorio, añadimos el queso rallado, bien esparcido. O podéis añadir lonchas si lo preferís.
Metemos al horno tardará unos 15 minutos en estar listo más o menos. Ya horneados, están listos para servir y comer.