Primero de todo hay que derretir el chocolate. En una cacerola echaremos 60 gr. de mantequilla y la calentaremos a fuego lento. Cuando empiece a derretirse echaremos 220 gr. de chocolate troceado. Si tenemos licor de naranja podemos echar un poco. Poner a fuego lento y cuando el chocolate empiece a derretirse remover bien para formar la mezcla uniforme.
Ahora hay que hidratar las láminas de gelatina. Necesitamos 2 láminas, que colocaremos en un vaso de agua.
Una vez esté hidratada, la echaremos a la cacerola y empezaremos a removerlo todo para que se mezcle con la mantequilla y el chocolate. De este modo, la gelatina le irá dando consistencia y se empezará a formar una masa.
Cuando empiece a haber una masa, rallaremos la piel de una manzana para echarla a la mezcla.
Mientras se sigue calentando la mezcla, nos pondremos manos a la obra con los huevos. Lo primero es batir las yemas y echarlas a la mezcla. Ahora habrá que remover todo con más intensidad para que la masa quede cada vez más uniforme.
Seguidamente montaremos las claras hasta el punto de nieve gracias a la mezcla con el azúcar.
Una vez lista, la iremos echando lentamente a la mezcla del chocolate. Una vez vertido todo el contenido, precederemos a removerlo todo bien y poco a poco la textura irá cambiando. En unos minutos estará preparada, pero antes habrá que dejarla enfriar antes de consumirla.