Para empezar, si vas a utilizar bacalao, y no lo has comprado desalado, tendrás que tenerlo en remojo por 24 horas, cambiándole el agua cada 4 horas para que suelte toda la sal.
Ahora vamos a preparar el sofrito. Para ello pela y lava la cebolla, reduciendo su efecto lacrimógeno, y la picas en trocitos tan pequeños como te sean posibles. El diente de ajo lo pelas y picas en trocitos pequeños, mientras que los pimientos los cortas en tiras. El tomate lo pelas y cortas en gajos, para luego pasarlo por la trituradora y así obtener una especie de salsa de tomate natural.
Pon una sartén al fuego con un buen chorrito de aceite y comienza a sofreír la cebolla con el ajo. Cuando se hayan dorado, echa los pimientos y el tomate, para que se sofría todo bien. Remueve de vez en cuando para que no se te quede pegado.
A continuación pela las patatas, las lavas con agua por si tienen restos de tierra y la cortas en dados. Echa esto también a la sartén para que se sofría con el resto de ingredientes por 8 minutos más o menos.
Pasado ese tiempo echa el caldo de pescado, una cucharada de pimentón picante, remueve y que se cueza todo por 25 minutos.
Mientras vas a trocear, en dados o trozos no demasiado gruesos si es posible, los filetes de bacalao. Cuando hayan pasado 15 minutos de que el sofrito esté cociéndose, echa el bacalao y que se termine de preparar.