Para comenzar, lo primero que vas a hacer es pasar el azúcar glas y la harina de almendras por un procesador de alimentos y, si no tienes, puedes usar una licuadora.
Una vez que se hayan integrado y pulverizado, tamiza con la ayuda de un colador fino de manera que no te queden grumos y desecha los restos que te queden en el colador.
Coloca las claras a temperatura ambiente en un bol, añade una pizca de sal y bate con las varillas eléctricas. Cuando comiencen a montarse, incorpora el azúcar lentamente y sigue batiendo.
Cuando las claras ya estén a punto de nieve, agrega gota a gota el colorante sin dejar de batir hasta que obtengas el color deseado. Hazlo con cuidado para que no se te bajen las claras.
Incorpora la harina y el azúcar glas en tres partes, volviéndolo a tamizar con el colador e integrándolo con la ayuda de una espátula en forma envolvente. Hazlo con suavidad.
Forra una bandeja con papel para hornear, coloca la mezcla dentro de una manga pastelera con una boquilla lisa grande y arma los macarons en forma de círculo del tamaño que desees. Sepáralos entre ellos para que no se peguen.
Golpea la bandeja contra una mesa para sacar el aire y déjalos reposar durante 60 minutos para que se forme una costra. Pasado el tiempo, llévalos al horno previamente precalentado a 15˚C durante quince minutos.
Cuando estén listos, sácalos y espera cinco minutos para desmoldarlos. Para hacer el relleno, bate el queso crema hasta que esté suave y luego agrega lentamente la mermelada y el azúcar glas hasta que obtengas una crema.
Rellena tus macarons de frambuesa y déjalos que reposen durante unas horas antes de comerlos. ¡Qué aproveche!