Prepara las láminas para canelones, cociéndolas durante el tiempo señalado por el fabricante.
Mientras se hacen, aprovecha para ir preparando el relleno de atún y huevo cocido. Para ello tienes que poner ambos ingredientes en un bol: el atún bien desmenuzado y el huevo cortado en trozos pequeños. Reserva la mitad de uno de los huevos.
Añade el puerro, el pimiento y el surimi picados muy pequeños también, junto con el maíz dulce. Una vez que las láminas de canelones estén al dente, escúrrelas y extiéndelas. Ve rellenándolas con la mezcla que acabas de preparar y ciérralas con mucho cuidado.
Ahora debes preparar una salsa mezclando en un bol el kétchup y la mayonesa. Remueve ambos ingredientes bien, y cuando obtengas una mezcla homogénea, échala sobre los canelones dibujando unas rallas por encima de ellos. Pica muy finito el medio huevo que habías reservado, y a continuación espárcelo también por encima de los canelones.
En el caso de que la mezcla de kétchup y mayonesa no te convenza, puedes añadir una cremosa salsa bechamel, una preparación que combina a la perfección con este plato.
Pasa los canelones al frigorífico y deja que se enfríen hasta que estén a tu gusto. Después ya puedes sacarlos y servirlos, y comprobar por ti mismo lo riquísimos que te han quedado. ¡Nadie en casa va a dejar ni rastro en plato, ya lo verás! ¡Muy buen provecho!
Consejos para unos canelones fríos riquísimos:
Si lo deseas, puedes cocer un poco el pimiento y el puerro antes de añadirlo al relleno de estos canelones, así quedarán más tiernos.