Para preparar estas torrijas caseras andaluzas tienes que cortar las rebanadas de pan con un grosor de unos 3 cm más o menos, para que no sean demasiado grandes los trozos. Recuerda que no tienes que usar los picos, estos los puedes tirar o usarlos para rallar pan si lo deseas.
Echa en una olla grande la leche junto con tres cucharadas de azúcar blanco y canela a tu gusto (si quieres que sean muy dulces puedes añadir algo más de azúcar). Calienta a media potencia y ve removiendo para que el azúcar se diluya, recuerda que es importante evitar que la leche no hierva.
Una vez que el azúcar se ha incorporado bien a la leche, retira del fuego y deja enfriar en un cuenco grande.
Cuando la mezcla anterior esté ya fría, remoja cada rebanada de pan en la leche durante 30 segundos por cada lado, así evitarás que absorba demasiada leche y se desmonte la rebanada de pan.
Luego de sumergirlas, coloca dos o tres rebanadas en un escurridor con un plato debajo por un par de minutos, de este modo podrás aprovechar la leche que caiga. Repite el proceso con todas las rebanadas de pan y déjalas reposar con la leche durante 5 minutos para que se empapen de su sabor.
En un plato aparte bate los huevos mientras en una sartén calientas el aceite de girasol (una cantidad abundante) a fuego medio. Cuando alcance los 170 ºC podrás comenzar a freír.
Toma una rebana de pan, escúrrela y báñala en el huevo por ambos lados, luego colócala cuidadosamente en la sartén para que se fría. Deja freír 2 minutos por cada lado para que tus torrijas caseras queden doradas y deliciosas.
Repite el proceso con todas las rebanadas de pan, lo ideal es freír de cuatro en cuatro las rebanadas para evitar que el aceite se enfríe. Una vez que estén fritas, déjalas reposar en una bandeja con papel absorbente para retirar el exceso de aceite.
Con las torrijas ya libres del exceso de aceite, rellena un cuenco con una mezcla de canela en polvo y azúcar blanco y procede a hundir cada una de las torrijas en su interior, para que queden bien impregnadas de la mezcla.
Si quieres, además, las puedes bañar con un poco de la leche que has escurrido para que la absorban y estén más esponjosas. ¡Así de simple! Tus torrijas caseras ya están listas para ser disfrutadas, que aproveche.