Tras pelar los dientes de ajo los picas bien y lo machacas para obtener su jugo.
Échalo al vaso de la batidora junto con la leche vegetal y lo remueves todo.
Ahora le vas echando el aceite y vas removiendo sin parar hasta que cada vez se vaya formando una salsa mucho más consistente.
Agregue sal al gusto y un par de cucharadas de limón. Sigue batiendo sin parar hasta formar una salsa.
Puede que te quede una salsa demasiado suave le puedes agregar más aceite de girsaol y seguir batiendo hasta que se espese cada vez más.
Si no vas a usarla al momento, lo mejor es que la salsa la guardes en la nevera hasta el momento en el que la vayas a poner en el plato, de ese modo va a reposar y estará mucho más consistente.