Pela y pica los dientes de ajo, en láminas finas. Retira también la piel a la cebolla y córtala en brunoisse. Ralla los tomates para extraer su jugo. Enjuaga dos pimientos, y córtalos en tiras.
Echa un buen chorro de aceite de oliva virgen extra en una sartén o una cazuela amplia, ya que luego tienen que caber todos los ingredientes. Caliéntalo a fuego medio-bajo, y sofríe los dientes de ajo sin que se lleguen a dorar.
Así que antes de que los ajos cojan color, echa la cebolla y el pimiento, y sofríelo todo a fuego medio durante unos 8 minutos. Echa la sal en ese momento, para que las verduras suelten sus propios jugos.
Transcurrido ese tiempo, incorpora el tomate triturado, y espera unos 15 minutos para que suelte todo el líquido.
Mientras, corta el pan en trozos medianos, y enjuaga bien la hierbabuena, para que vaya escurriendo. Puedes remojar un poco el pan en el caldo o el agua, antes de incorporarlo.
Una vez que hayan ligado los ingredientes del sofrito, incorpora el pan en migas y remuévelo para que se integre también. Si quieres adornar la sopa con unas tiras de pimiento, ve friéndolas aparte.
Cuando la sopa vuelva a hervir, incorpora las ramas de hierbabuena que lavaste antes, rectifica de sal y si lo deseas, este es el momento de añadir un poco de pimienta.
Remueve, deja cocer 2 o 3 minutos más para que vuelva a espesar todo y ya está hecha tu sopa de pan y tomate, ¡riquísima! ¡Que aproveche!