Empieza lavando la calabaza y retírale la piel y las semillas. Corta la calabaza en trozos medianos y reserva.
Pela y lamina el ajo y luego pela, lava y corta la cebolla en cuadritos muy pequeños. Pica el perejil y reserva solo este último ingrediente.
Agrega un poco de aceite de oliva a una sartén y, cuando esté caliente, incorpora la cebolla y el ajo. Deja que ambos ingredientes se doren a fuego medio hasta que notes que la cebolla está transparente. Esto le llevará, como mucho, cuatro minutos.
Añade a la sartén sal y pimienta al gusto, mezcla y luego incorpora la cucharada de orégano. Vierte un vaso de agua e incorpora los trozos de calabaza. deja cocer la preparación durante veinte minutos a fuego medio con la sartén tapada.
Transcurrido el tiempo comprueba si la calabaza está tierna. De no ser así, déjala diez minutos más y luego espolvorea por encima el perejil, rectifica la sal y deja reposar la calabaza un par de minutos.
Vierte todo el contenido de la sartén en el vaso de la licuadora y procesa hasta tener una salsa homogénea. Para que la calabaza se triture correctamente te recomendamos procesarla en dos partes.
Incorpora la salsa a un recipiente de vidrio y listo. Ya tienes tu salsa de calabaza sin nata, pruébala, disfrútala y si te sobra, guárdala en la nevera dentro de un envase refractario.