Pon el atún en una olla pequeña, échale un poco de agua, un buen chorro de vinagre y algo de sal. Puedes añadirle un poco de especias si lo deseas, por ejemplo orégano. Caliéntalo a fuego medio.
Mientras que se va cociendo el atún, pela y pica todas las verduras, en cuadrados pequeños (el tomate es opcional, pero si has decidido incluirlo, hazlo en este momento).
Una vez que estén listas, apártalas a un bol y échales por encima un chorro generoso de aceite de oliva virgen extra y un poquito de vinagre, apenas unas gotas.
Cuando ya esté cocido el atún (lo sabrás cuando haya cambiado completamente de color), sácalo, escúrrelo y quítale las espinas.
Desmígalo en trozos pequeños, con cuidado de que no queden espinas y quitándole toda la piel. Mezcla el atún con los demás ingredientes, remuévelo todo bien y echa por encima el perejil bien picado.
Tapa el bol, introdúcelo en la nevera, y deja que se enfríe hasta el día siguiente. Para entonces se habrán asentado los sabores de sus ingredientes, así que tu salpicón de atún sabrá realmente exquisito. ¡Buen provecho!
Recomendaciones:
Para que no esté excesivamente frío, antes de servir el salpicón de atún, déjalo fuera del frigorífico al menos un cuarto de hora.