Comienza esa deliciosa receta separando las claras de las yemas. Reserva las yemas.
Bate en un bol las claras a punto de nieve con la ayuda de unas varillas eléctricas. Para que levanten bien, es importante que las claras de huevo estén a temperatura ambiente. Una vez que hayan subido, guarda en la nevera.
En otro bol, agrega la nata y móntala hasta que estén bien firme y se formen picos suaves. Reserva también en el frigorífico.
Coloca tres cucharadas de agua fría en un recipiente y agrega las hojas de gelatina neutra para que se hidraten. En otro recipiente, exprime el zumo de los limones y reserva.
Coloca 3 tazas de agua en una olla y llévala al fuego para que hierva. La olla debe ser lo suficientemente grande como para que quepa un recipiente en ella.
En un bol grande resistente al calor, bate las yemas y el azúcar con las varillas eléctricas, cuando empiece a blanquear incorpora el zumo de limón y la ralladura sin dejar de batir. Finalmente agrega el cava e integra bien.
Coloca el bol sobre el agua hirviendo y sigue batiendo hasta que la mezcla comience a espesar y tome cuerpo. En ese momento agrega la gelatina e intégrala con el resto de los ingredientes. No permitas que la mezcla hierva.
Retira del fuego y deja que se temple. Incorpora la nata y las claras montadas con movimientos envolventes con la ayuda de una espátula. Cuando obtengas una mezcla homogénea sirve en vasitos o copas.
Lleva al refrigerador tu mousse de limón y cava durante 6 horas y cuando vayas a servir decora con algún fruto de color atractivo o con una hojas de menta. ¡Verás como este rico postre gusta a todos!
Consejos y recomendaciones:
Recuerda elegir un buen cava para esta elaboración, pues parte de su éxito depende también de la calidad de la bebida que selecciones.
El mousse de cava y limón es un postre de Navidad ideal, siendo perfecto también para otras ocasiones especiales en las que buscamos algo elegante y delicioso.