Vas a comenzar prepararando la masa. Para ello, limpia bien la superficie donde vas a trabajar y vierte la harina formando un volcán.
Abre un hueco en el centro, añade los huevos, la sal, el aceite y amasa durante 15 minutos hasta que la mezcla esté suave y elástica. Envuelve en film y llévala al frigorífico durante media hora.
Mientras la masa se reposa, pela la cebolla y córtala en cuadritos. Lava el cebollino, pícalo en rodajas finas y reserva. Trocea las avellanas con un procesador o con un cuchillo bien afilado.
Transcurridos los 30 minutos, saca la masa y divídela en dos partes. Espolvorea harina sobre la mesa y con un rodillo extiéndela hasta que formes una lámina de un milímetro de grosor aproximadamente.
A continuación, coloca porciones de una cucharada de foie y una cucharada de compota sobre la masa y deja espacios entre ellas para que no se peguen.
Prepara una lámina como la anterior, pinta los bordes con agua y cubre la masa extendida presionando para que se cierre. Corta los raviolis y espolvoréalos con harina.
Para preparar la salsa, pocha la cebolla en una sartén con la mantequilla y una cucharadita de aceite de oliva. Cuando comience a dorarse, salpimienta y añade el brandy.
Cuando se evapore el alcohol, agrega la nata, las avellanas, cuece durante cinco minutos y aparta del fuego.
Hierve los raviolis de foie en abundante agua con sal y cuando suban a la superficie, escúrrelos, sírvelos con la salsa y decora con el cebollino. ¡Qué aproveche!