Lave bajo el agua del grifo todo aquello que tenga hojas, es decir, la albahaca y las ramitas de perejil, para que estén bien limpias y suelten todas sus inmundicias. Métalas dentro de la batidora.
Ahora pele los dientes de ajo y córtelos en cuatro mitades iguales, o en trozos muy pequeños, como desee. Añádalos en la batidora con 4 cucharaditas de aceite de oliva. Eche un poco de sal y un poquito de agua, alrededor de dos cucharadas. Bátalo todo junto hasta que se unifiquen. Si ve que la mezcla va quedando demasiado seca, puede decidir si añade un poco más de aceite o agua.
En caso de no tener una batidora, da igual si es automática o manual aunque es mejor la primera, puede utilizar una trituradora cualquiera. Es según usted prefiera.
Cuando la mezcla se haya convertido en una salsa uniforme y homogénea, agregue las nueces y vuelva a triturar todo bien, hasta que ya consiga una salsa con mucho cuerpo.
Compruebe si está bien de sabor, si no puede agregar un poco más de perejil y sal.