Precalienta el horno a 180º C para que vaya cogiendo la temperatura adecuada. Ahora pela las zanahorias, lávalas un poco y rállalas a lo largo en forma de juliana.
Bate los huevos en un bol grande con el azúcar hasta que aumente su volumen. A esta mezcla añádele el yogurt junto con el aceite de girasol y bátelo con la batidora de brazo hasta conseguir una crema (también puedes batirlo con unas varillas eléctricas).
En otro recipiente tamiza la harina y le haces un agujero en el centro en el que le añades la levadura. Remueve un poco para integrar el ingredientes.
Añade la zanahoria rallada a la mezcla de los huevos y el yogurt y vuelve a batir un poco. Ahora es el momento de mezclar las harinas con la crema. Para hacerlo bien, ve pasándola con cucharas soperas mientras bates sin parar, para que quede bien integrada.
Notarás como la mezcla se va convirtiendo en una nueva crema mucho más pastosa que la mezcla anterior. Repite el proceso hasta que hayas pasado toda la harina del cuenco a la mezcla de los huevos. Recuerda; una cucharada sopera cada vez y no agregues otra hasta haber mezclado bien esa cucharada de harina.
Echa un poco de aceite de girasol en el molde de horno que vayas a utilizar, mucho mejor si es desmontable, y úntalo bien. Con el aceite harás que no se te quede el pastel pegado. Vierte la mezcla, esparciéndola bien con una espátula y mete al horno durante unos 40 minutos más o menos a 180 º C.
Para saber cuando es el momento para sacarlo, debes pincharlo con un tenedor o un pincho. Si el pincho sale limpio, significará que ya está lista para salir. Si no, tendrás que dejarlo un poco más. Cuando lo saques no olvides dejar reposar tu pastel de zanahoria y yogurt unos 5 minutos sin desmontar.