Una rato antes de ponerte manos con tus galletas, deja la mantequilla en un bol para que coja temperatura ambiente y después bátela con unas varillas eléctricas.
Sin dejar de batir agrega poco a poco el azúcar glass. También puedes utilizar la batidora.
Una vez que hayas agregado todo el azúcar y este bien mezclada con la mantequilla, añade el aroma de vainilla. Puedes utilizar otros aromas, como el de coco, limón, canela o café.
Después tamiza la harina en un cuenco y añade la sal.
Agrégala la harina a la mezcla de la mantequilla sin dejar de remover con las varillas eléctricas o la batidora.
A continuación enharínate la manos y amasa la mezcla durante cinco minutos y forma una bola. Recúbrela con papel film y métela en la nevera durante una hora cómo mínimo.
Cuando queden 10 minutos para sacar la masa, pon el horno en marcha a 170º C para que esté caliente en el momento de meter las galletas.
Saca la masa de la nevera y con un rodillo comienza amásala bien hasta dejar una superficie fina.
Ahora utiliza moldes que tengas en casa para darles formas curiosas a tus galletas. O si prefieres el clásico diseño de galletas circulares y no tienes moldes, utiliza un vaso.
Coloca las galletas en la bandeja del horno, previamente engrasada o con papel de horno para que no se peguen.
Introduce la bandeja en el horno y programa ente 12 y 15 minutos para cada tanda de galletas. Si te gusta que estén muy crujientes es mejor dejarlas 15 minutos. En el caso de que te gusten un poco más tiernas, ponlas solo 10 minutos.
Déjalas reposar durante 30 minutos y ya tendrás listas las galletas de mantequilla sin huevo. Puedes decorarlas con azúcar glass, con virutas de chocolate o cualquier otra decoración que conozcas.
