Lava bien los dos manojos de espárragos, retírales los extremos en caso de que estén muy duros o sucios y pon a precalentar el horno a 180ºC.
Mientras esperas, forra la bandeja del horno con papel de aluminio y coloca encima los espárragos. Vierte un poco de aceite de oliva sobre los espárragos, exprime el zumo de la mitad del limón y viértelo también por encima de los espárragos. Añade sal y pimienta negra molida a tu gusto.
Corta la otra mitad del limón en rodajas y cubre con ellas el tercio superior de los espárragos. Ve poniendo trozos pequeños de mantequilla en la zona central de los espárragos con ayuda de una cuchara pequeña.
Mete la bandeja en el horno y espera quince minutos. Pasado este tiempo, comprueba si los espárragos ya están tiernos. En ese caso coloca en el centro de estos la mitad del queso parmesano y vuelve a introducir la bandeja en el horno. Gratina los espárragos durante tres minutos más, hasta que se derrita y dore el queso.
Sácalos, échales el resto del queso y listo. Cuando los pruebes, no te quede duda alguna, ¡vas a querer repetir enseguida! Esperamos que te haya gustado esta receta, ¡muy buen provecho!