Primero tenemos que lavar bien los caracoles con abundante agua y un puñado de sal. Al menos tenemos que repetir el proceso cuatro o cinco veces, hasta que queden bien limpio. Hay que lavarlos con cuidado de no lastimarlos.
En una olla, añadimos abundante agua, un puñado de sal y los caracoles. Sobretodo el fuego tiene que estar al mínimo para que salga el caracol de la concha.
Cuando tengamos los caracoles fuera, subimos el fuego a media potencia. Cuando hayan hecho el primer hervor debemos espumar bien.
Sacamos el agua y ponemos agua nueva (que esté caliente) y volvemos a poner los caracoles.
Ahora tenemos que envolver las especias en una gasa o introducirlas en una malla de tal forma que no se salgan. Cuando la tengas lista la introduces en la olla.
Añadimos también los dientes de ajo al que les habremos dado un golpe y un manojo de hierbabuena. Echamos también un puñado de sal.
Dejamos hervir a fuego medio aproximadamente unos 35 minutos y cuando el caracol esté blando estarán listos para servir. A media cocción rectifica de sal si es necesario.
¡Sírvelos muy calientes y disfruta de los auténticos caracoles con caldo!
