Preparación de los calamares rebozados con pan rallado
En primer lugar debes dejar las anillas completamente limpias, ya que siempre pueden contener algún resto o impureza del que debes deshacerte. Enjuágalas bajo el agua del grifo hasta que estén bien limpias.
Pon las anillas de calamar en un coladaor o escurridera y añádeles sal, pimienta negra molida y una cucharadita pequeña de perejil seco picado.
Pon el pan rallado en un plato y añádele otra cucharadita de perejil seco picado, una de pimentón dulce y pimienta negra molida. Remueve para que se mezclen bien todos los ingredientes, y reserva.
Vierte en una sartén aceite de oliva suficiente para freír las anillas de calamar y ponlo a fuego fuerte. Bate bien los huevos en un plato y pon la harina en otro.
Cuando esté bien caliente el aceite, ve secando las anillas del todo con un trapo de cocina, y pásalas en primer lugar por la harina, luego por los huevos batidos y finalmente por el pan rallado.
Fríe las anillas por tandas, procurando que las anillas queden ligeramente separadas en la sartén. Si se solapan no se fríen igual de bien, y además el rebozado se puede romper y no quedan igual de crujientes ni su presentación queda bonita.
El fuego debe estar cuanto más fuerte mejor, pero procura que no se quemen. Saca las anillas de la sartén en cuanto veas que el rebozado está doradito.
A medida que las apartes, ve pasándolas a una fuente forrada con papel de cocina absorbente, para que no queden grasientas y estén en su punto.
Si lo deseas, corta un limón en rodajas y colócalas alrededor de la fuente. Aparte de darle una mejor presentación al plato, quizás te guste exprimir un chorrito de limón sobre los calamares para darles un toquecito más intenso de sabor.
¡Y listo! Ya puedes sentarte a la mesa a degustar tus riquísimos calamares rebozados con pan rallado. ¡No dejes que se enfríen! ¡Que los disfrutes!