Tenemos que machacar las galletas hasta que queden hechas arena. Podemos o bien triturarlas o machacarlas con el mortero en un bol, pero han de quedar convertidas en polvo.
Una vez hecho esto, derretimos la mitad de la mantequilla y la añadimos a las galletas. Empezamos a mezclarlo todo bien con las manos hasta que tenga la textura de la arena mojada. Amasar bien hasta conseguir una masa compacta y que resulte manejable.
¿Conseguida? Pues vamos a ir tomando trocitos de la masa para darle la forma que nosotros queramos con nuestras manos. Según la vayamos consiguiendo, colocamos las figuritas o bolas en una bandeja, con más o menos 1 centímetro de separación entre cada uno.
Metemos la bandeja en la nevera por unos 45 minutos para que vayan cogiendo consistencia.
Antes de sacar las bolas prepararemos el chocolate:. Echamos la otra mantequilla de mantequilla que nos ha sobrado en una cacerola y esperamos a que empiece a derretirse. Echamos entonces la tableta de chocolate que partiremos en trocitos y removemos todo bien hasta que empiece a mezclarse y formarse una crema.
Si se nos queda demasiado espesa, añadir un poco de leche, pero intentar que no quede demasiado líquida.
Sacamos las bolas de la nevera y vamos a empezar a hacer los cake pops de chocolate blanco: primero remojamos la punta de uno de los palos en el chocolate y lo clavamos en la bola, intentando no atravesar más allá de la mitad.
Bañamos la bola en el chocolate, con sumo cuidado para que no se suelte. Ya bañado, y asegurándonos que no gotea, clavamos el palo en un corcho o cualquier superficie que lo permita, pero que lo mantenga firme. Repetir el proceso con todas las bolas que habéis hecho y dejar reposar unos cinco minutos.
Antes de que el chocolate se enfríe las podemos espolvorear con algún topping que queramos (coco rallado, chocolate rallado, bolitas de colores..)
Luego, solo hay que meterlos un rato más en la nevera para que se enfríen y estarán listos para comer. Podéis decorarlos al gusto también si lo deseáis.