En primer lugar tienes que dejar bien limpios los champiñones. Córtales el final del tronco, ya que suelen contener mucha tierra, y a continuación enjuágalos bien bajo el agua del grifo.
Cuando ya estén limpios, córtalos en láminas y déjalos escurriendo mientras continúas con los demás ingredientes.
Pon a calentar un chorrito muy pequeño de aceite de oliva en una sartén, a fuego medio, lo justo para que la cubra y nada más. Pela la cebolla y los dos dientes de ajo, y córtalos en trocitos pequeños.
Cuando esté bien caliente el aceite, echa la cebolla y el ajo en la sartén. Añade un poquito de sal, porque de esta forma la cebolla desprenderá sus propios jugos y se hará con más facilidad.
Una vez empiece a pocharse la cebolla, incorpora los champiñones en la sartén, con algo más de sal y pimienta negra molida a tu gusto. Deja que se hagan durante unos cuantos minutos, hasta que se tuesten.
Vierte el caldo de carne en la sartén, con un poquito de orégano, también a tu gusto. Tapa la sartén y pon el fuego en el mínimo. Espera a que reduzca bastante el caldo, removiendo de vez en cuando para que no se peguen los demás ingredientes.
Apaga el fuego y pasa los ingredientes el vaso de la batidora. Bátelos hasta que se mezclen completamente, y rectifica de sal y pimienta si fuera necesario.
¡Listo! Ya puedes comenzar a saborear esta exquisita salsa de champiñones light. Si has utilizado los ingredientes que te hemos indicado y has seguido estos pasos, te habrá quedado tan rica que no vas a dejar ni rastro en el plato. No esperes más, ¡corre a comprobarlo por ti mismo! Muy buen provecho.