Lo primero es poner el agua en una olla de tamaño intermedio y, cuando esté caliente, tienes que incorporar dentro el resto de ingredientes.
Cuece la preparación a fuego alto hasta que el agua empiece hervir y espera cinco minutos.
Luego, coloca el fuego a temperatura media y deja que la preparación se cocine durante veinte minutos más. Notarás que poco a poco empieza a espesar.
Es importante que no dejes la salsa al fuego quieta estos veinte minutos, sino que tienes que ir removiéndola cada cierto tiempo para evitar que se pegue.
Cuando hayan pasado los veinte minutos, prueba la salsa y rectifica el punto de azúcar. Si crees que te has pasado, no pasa nada, estás a tiempo de rectificar. Solo tienes que añadir un poco de agua y cocinar de nuevo durante diez minutos.
Así pues, cuando veas que tu salsa está en su punto, vierte el contenido de la olla en un recipiente de vidrio y refrigera durante tres horas. ¡Luego solo tienes que cubrir tu tarta con ella! ¡A disfrutar de tu salsa de arándanos para cheesecake!
