Coloca la mitad de los arándanos en un bol con agua para que se vayan hidratando. Reserva el resto de los arándanos.
Pasado un rato, ya se habrán hidratado los arándanos. Entonces debes ponerlos en una sartén junto con las dos cucharadas de miel. Utiliza solo los arándanos hidratados, los otros debes continuar reservándolos.
Pon a calentar los arándanos y la miel a fuego medio y, en cuanto empiece a coger temperatura, añade el zumo de granada, el vino de Oporto y una pizca de sal. La salsa comenzará a reducir poco a poco.
Una vez que la mezcla haya reducido suficientemente, tritúrala hasta obtener una salsa con ella. Hazlo con ayuda de la batidora eléctrica.
Pasa la salsa que acabas de obtener por un colador y vuelve a echarla en la sartén de nuevo. Añade la nata y ponlo todo a cocer de nuevo hasta que vuelva a espesar.
Una vez que haya espesado lo suficiente, ya puedes apartar tu salsa de arándanos para el pato. Los arándanos que habías reservado los vas a utilizar para adornar el plato, repartiéndolas por encima de la salsa, a los lados del pato o como más te guste. ¡Queda a tu elección! ¡Muy buen provecho!
Consejo y recomendación
Si no puedes conseguir un vino de Oporto, puedes sustituirlo por otro tipo de vino dulce.