Antes que nada, precalienta el horno a 200°C para que tenga la temperatura correcta al momento de hornear las pechugas. ¡Continuamos!
Vamos a preparar una salsa para adobar las pechugas y que se impregnen de mucho sabor. Para ellos, machaca los dientes de ajo y colócalos en un bol.
Agrega a los ajos el comino, el orégano, la pimienta, el zumo de las naranjas, el jerez, el caldo de pollo y sal al gusto. Mezcla todos los ingredientes hasta obtener una salsa homogénea.
Lava las pechugas de pavo y colócalas en una bandeja para hornear con aceite de oliva. Con un cuchillo, haz orificios a cada pechuga.
Baña las pechugas de pavo con la mitad de la salsa vigilando que entre suficiente líquido por los orificios y frotándolas con tus manos para adobarlas correctamente. Reserva el resto de la salsa.
Tapa la bandeja con papel de aluminio y hornea el pavo durante treinta minutos. Pasado este tiempo, abre el horno, destapa la bandeja y agrega el resto de la salsa sobre las pechugas. Vuelve a hornear con la bandeja tapada durante una hora más.
Pasado el tiempo, destapa el pavo y sigue horneando treinta minutos más hasta que se dore. Tienes que estar revisando las pechugas para que no se quemen por encima.
Cuando las piezas estén totalmente doradas y su carne esté blanca por dentro, estarán listas tus pechugas de pavo al horno. Lava el romero y decora con él las pechugas. ¡Verás que el pavo sí tiene sabor!