En primer lugar vamos a limpiar el pato y retirar las vísceras, luego debemos despegar con cuidado la piel. A continuación, hay que ir rellenando con el ajo partido, con el jengibre, el anís y la soja. Hay personas que añaden pimienta molida, eso ya dependiendo de vuestros gustos.
Deja colgado durante toda la noche el pato para que vaya cogiendo el sabor de estos ingredientes. Esta es la forma tradicional de condimentar el delicioso pato Pekín.
Una vez transcurridas unas 12 horas, aproximadamente, hay que volver a barnizar el pato con la misma mezcla y dejarlo colgado al menos 1 hora más.
Precalienta el horno a 200 ºC, una vez que esté caliente introduce el pato en el medio del horno y déjalo cocinar 30 minutos a 200ºC hasta que comience a dorarse.
Baja la temperatura del horno a 150 ºC y deja que el pato se cocine durante 1 hora. Trascurrido este tiempo, sube nuevamente a 200 ºC y cocina la última media hora a esta temperatura para que la piel quede crujiente. Saca del horno una vez que esté listo.
Antes de servir el pato laqueado vamos a deshuesarlo para que no quede ningún hueso en el plato, así es como se suele servir en los restaurantes chinos de nuestro país como en la propia capital China.
Se puede acompañar con un puré de patatas en el microondas o con unas patatas en el horno. Realmente cualquier guarnición es perfecta para el pato laqueado, por lo que unas verduras a la plancha o al vapor también son recomendables.
Si queréis optar por la forma tradicional de servirlo, entonces el pato Pekín debe ir acompañado de salsa Hoisin, una salsa agridulce que va muy bien con el pato, cebolla en tiras, pepino encurtido también en tiras y crepes chinas.
Esperamos que os animéis a poner en práctica esta receta de pato laqueado. Es realmente sencilla, lo único que necesita es tiempo, así que es recomendable hacerla un día antes para quede mucho más jugoso y sabroso.