Mientras esperas a que la mantequilla se reblandezca un poco puedes ir tamizando la harina de maíz en un plato.
Ahora haz un agujero en el centro de la harina y agrega la sal. Remueve con una cuchara para mezclar bien.
Con la mantequilla un poco más manejable, comienza a batirla con las varillas eléctricas hasta que se forme una crema suave.
Después empieza a agregar poco a poco el azúcar a cucharadas y remueve hasta formar una crema blanca más consistente.
Bate el huevo y agrégale la mezcla que has preparado. Comienza a batir hasta que en esta ocasión se forme una crema clara mucho más suave que la de la mezcla anterior.
Ahora, poco a poco, ve agregando la mezcla de harina y sal sin dejar de remover en ningún momento. Se irá formando una masa más consistente que cada vez será más difícil de remover.
Tras haber agregado toda la harina de maíz, la masa ya debe ser bastante uniforme, así que ponla sobre una superficie con harina y comienza a trabajar la masa hasta hacer una bola.
Pon la bola en un cuenco con un paño húmedo durante una hora para que repose.
Después amásala con el rodillo mientras el horno se está precalentando a 180º C.
Ve cogiendo porciones de la masa, haz una bola y después aplánalas con el rodillo hasta hacerlas completamente circulares. Si tienes moldes puedes usarlos para hacer galletas de figuras variadas.
Coloca cada galleta que prepares sobre la bandeja del horno y hornéalas durante un cuarto de hora. Repite el proceso hasta haber terminado con toda la masa.
¡Ya tienes listas tus galletas de mantequilla sin gluten!
