Las chistorras al vino blanco son uno de esos platos de siempre a los que nadie se resiste. Tienen un sabor exquisito y, además, apetecen tanto en invierno como en verano. Por eso, no puedes dejar de saber cómo se preparan. Así que, en Unareceta.com queremos explicarte cómo tenerlas listas en tan solo un rato y que te queden más ricas que nunca.
Dependiendo de la época del año, puedes acompañar estas chistorras con un entrante fresquito, como una ensalada de pasta con atún, o un plato bien caliente, por ejemplo una crema de calabaza blanca.
Y dicho esto, ¡vamos al lío! Esto es todo lo que tienes que hacer para preparar unas riquísimas chistorras al vino blanco.
Ingredientes de la chistorra al vino blanco
Cómo hacer chistorra al vino blanco
- Para hacer unas ricas chistorras al vino blanco, lo primero que debes hacer es pelar el diente de ajo y cortarlo en láminas finas. Pela también la cebolla y pícala muy finita.
- Coge una sartén mediana y calienta un chorrito pequeño de aceite de oliva a fuego medio. Echa una hoja de laurel y sofríe la cebolla con una pizca de sal, para que suelte sus propios jugos y se haga mejor. Cuando comience a pocharse, añade el ajo picadito para que se tueste junto con la cebolla.
- Mientras se hacen estos ingredientes, pon un poquito de aceite de oliva en otra sartén. Caliéntalo también a fuego medio y, cuando esté a la temperatura conveniente, añade la chistorra cortada a trozos.
- Una vez esté bien pochada la cebolla, pon el fuego en el máximo en ambas sartenes, para que tanto la cebolla como el ajo y las chistorras se tuesten un poco, con cuidado de que no quemarse. Cuando la cebolla esté doradita, echa las chistorras en esta sartén y vierte el caldo de carne muy caliente.
- Echa el vino blanco en la sartén en la que estaban las chistorras y ponlo a calentar a fuego fuerte. Una vez rompa a hervir, espera un par de minutos para que se evapore el alcohol y, a continuación, añádelo a la otra sartén.
- Pon el fuego en el medio, y espera a que los líquidos reduzcan y la salsa espese. Prueba de sal y rectifica si fuera necesario.
- Apaga el fuego, aparta y ya puedes servir estas exquisitas chistorras al vino blanco. Ya tan solo te queda sentarte a la mesa para comprobar por ti mismo lo riquísimas que te han quedado. No dejes que se enfríen, que así de calentitas es como más ricas saben. ¡A comer!