Lo primero que debes hacer es pelar la cebolla, y lavarla bien junto con el puerro. Corta ambas verduras en cuadraditos, y déjalas reservadas para luego.
Ahora lava bien también los calabacines, y retírales los extremos con ayuda de un cuchillo. Si lo deseas puedes pelarlos por completo, pero si no quieres que tu puré te quede demasiado blanco, pela solo la mitad de cada uno, o uno entero y la mitad de otro.
De esa forma tu puré va a tener un tono más verdoso. Pero te recomendamos que no los dejes sin pelar por completo.
Una vez que hayas pelado los calabacines, córtalos en trozos más bien medianos, y resérvalos también. A continuación pela también la patata, y enjuágala bajo el agua del grifo hasta que no contenga nada de tierra. Córtala en cuadraditos, igual que la cebolla y el puerro.
Vierte aceite de oliva virgen extra en una olla, y ponlo a calentar a fuego medio. Una vez que esté bien caliente, añade la cebolla y el puerro con una pizca de sal.
Saltea las verduras durante unos 5 minutos a fuego medio. Cuando estén bien doraditas estas verduras, añade también el calabacín y baja el fuego al mínimo.
Deja que se vayan haciendo todas las verduras durante unos 10 minutos aproximadamente, removiendo de vez en cuando.
Ahora añade la patata y medio litro de agua. Pon el fuego en el medio, y tapa la olla. Espera un ratito para que se pongan blandas todas las verduras, comprobando de vez en cuando. Si ves que se queda un poco seco, añade un poquito más de agua cuando lo requiera.
En el momento en que veas que todas las verduras están tiernas, quita el agua (resérvala) y añade un chorrito de aceite y bate todos los ingredientes con ayuda de una batidora eléctrica.
Ves añadiendo el agua de la cocción según vaya requiriendo la textura que deseas conseguir. Rectifica de sal si es necesario, y añade también una pizca de pimienta negra molida. Remuévelo todo bien.
¡Y listo! Ya puedes servir este exquisito puré de calabacín y patata. Seguro que no puedes esperar más para probarlo, así que corre a la mesa y comprueba por ti mismo lo riquísimo que te ha quedado. ¡Muy buen provecho!