Receta de salsa de queso roquefort

Receta de salsa de queso roquefort

Uno de los quesos que cuenta con más historia en Francia, es el Roquefort. Favorito de los reyes de ese país durante siglos, es un queso semiblando, graso y de color azul que se elabora a partir de la leche de la oveja de la raza Lacaune. Hay quienes lo desprecian por su olor y apariencia, pero para otros comerlo, es toda una experiencia. ¿Te gustaría aprender a preparar la auténtica salsa de queso roquefort? Entonces sigue el paso a paso que hemos preparado en unareceta.com

Y si además quieres organizar un banquete 5 estrellas, esta salsa es perfecta, porque puedes acompañar un pavo relleno de espinacas o unos clásicos ñoquis de patata ¡Te lloverán las felicitaciones!

Reúne los ingredientes para hacer una salsa de queso roquefort y sigue al pie de la letra las instrucciones de Unareceta.com. ¡Te quedará deliciosa!

Ingredientes

  • 2 tazas de nata
  • 250 gr. de queso Roquefort
  • 3/4 cebolla
  • 2 cucharadas de mantequilla
  • 1 cucharada de aceite de oliva
  • 1/4 taza de brandy (opcional)
  • Una pizca de pimienta negra
  • Sal al gusto

Preparación de salsa de queso roquefort

  1. Para preparar esta salsa, lo primero que tienes que hacer es pelar la cebolla y trocearla en pedazos bien pequeñitos. Luego corta el queso en pedazos pequeños también y reserva.
  2. Calienta la mantequilla y el aceite de oliva en una sartén y añade la cebolla, rocía con un poco de sal y deja pochar durante 4 minutos a fuego lento. Ten cuidado con la sal, recuerda que el queso roquefort ya la contiene, evita sobrepasarte.
  3. Cuando la cebolla empiece a dorarse, añade el brandy, remueve bien con una cuchara de madera y deja que el alcohol se evapore. Incorpora el queso roquefort y finalmente la nata.
  4. Remueve cuidadosamente y verás como poco a poco el queso empieza a fundirse, agrega la pimienta molida a tu gusto y sigue moviendo hasta que la salsa adquiera la consistencia que prefieras.
  5. Retira del fuego tu salsa de queso roquefort y sírvela preferiblemente caliente sobre unas patatas, una pasta o un buen trozo de carne. ¡Buen provecho!

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