Para preparar esta salsa lo primero que tienes que hacer es pelar los ajos. Puedes colocarlos unos segundos bajo el grifo o aplastarlos dándoles un pequeño golpe con el cuchillo, así será mucho más fácil quitarles la piel.
Si sueles repetir el ajo cuando lo comes crudo, parte el diente a la mitad y extrae la raíz que vas a encontrar en su interior, esto puede ayudar.
Coloca los ajos en un mortero, machácalos y salpimienta al gusto.
Incorpora el aceite poco a poco, removiendo en la misma dirección con una cuchara de madera o con el mazo del mortero. Añade también el zumo de limón.
Cuando hayas logrado una salsa espesa y consistente ya estará lista. Recuerda que puedes aumentar o disminuir la cantidad de ajos a voluntad.
Sirve tu salsa de ajo y aceite en un cuenco y acompaña tus platos de asado o pescado cocido con ella. ¡Qué la disfrutes!