Antes que nada debes pelar los dientes de ajo y cortarles el extremo plano. Colócalos en un mortero y machácalos bien hasta desmenuzarlos por completo.
Enjuaga las ramitas de perejil bajo el chorro de agua del grifo, escúrrelas cuanto puedas y pícalas muy pequeñitas. Echa estos dos ingredientes en un bol grande en el que quepa la carne.
En ese mismo bol añade el romero, el tomillo, un chorrito de aceite de oliva virgen extra, otro chorrito de vino blanco y sal y pimienta negra molida a tu gusto.
Remueve todos estos ingredientes para que se mezclen bien. Ve incorporando los filetes de lomo uno a uno, procurando impregnar bien cada uno de ellos con este adobo que acabas de preparar.
Tapa el bol con una capa de papel film transparente y pásalo al frigorífico. Déjalo macerar durante unas cuantas horas y si puede ser un día entero mucho mejor., de este modo el sabor será mucho más intenso y delicioso.
A la hora de hacer los filetes, tienes que poner los huevos en un plato hondo y batirlos bien con una pizca de sal. En otro plato debes poner el pan rallado.
Vierte aceite de oliva suficiente para freír los filetes en una sartén y caliéntalo a fuego medio. Una vez que esté bien caliente, comienza a freír en él los filetes pasándolos primero por el huevo y después por el pan rallado.
A medida que vayas friendo los filetes, pásalos a una bandeja forrada con papel de cocina absorbente para que pierdan el exceso de grasa. ¡Y ya hemos terminado! Ya están listos para servir estos riquísimos filetes de lomo adobado empanado, un plato que gusta tanto a grandes como a pequeños.
Consejos para hacer un buen lomo en adobo empanado:
Para evitar que los filetes empanados te queden muy secos, es importante que no los cortes muy delgados, así conseguirás que sean crujientes por fuera pero suaves por dentro.
Si ves que el rebozado se dora demasiado rápido, baja el fuego para que terminen de hacerse por dentro los filetes sin llegar a quemarse por fuera.
