Lo primero que tenemos que hacer es pelar las patatas y lavarlas muy bien. Las enjuagaremos varias veces bajo el agua del grifo, para retirar posibles restos de tierra que pudieran contener.
A continuación las vamos a cortar en rodajas de aproximadamente medio centímetro de grosor. Es muy importante que nos queden todas iguales, porque si no, al hacerse en el microondas, unas quedarán en su punto y otras no.
Una vez que hayamos cortado todas las patatas, vamos a lavarlas en un bol con agua durante un minuto o dos, para que pierdan el almidón.
Cogemos una fuente apta para el microondas, y repartimos una pizca de aceite por encima para que no se peguen las patatas.
A continuación, vamos a secar las patatas con papel de cocina absorbente y las colocaremos en la fuente. Vertemos por encima un chorrito muy pequeñito de aceite de oliva, procurando repartirlo bien por todas las patatas, para que no nos queden unas muy secas y otras más grasientas. Añadimos un poco de sal por encima, al gusto.
Tenemos que intentar no solapar las patatas a la hora de colocarlas en la fuente, porque entonces podrían no hacerse. Si vemos que no caben todas juntas y separadas, es mejor hacerlas por tandas.
Metemos las patatas en el microondas y dejamos que se hagan unos 5 minutos o algo más. Esto dependerá de lo gruesas que hayamos cortado las patatas y de la potencia del microondas.
Apartamos, y al después podemos añadir las especias que nos gusten por encima de las patatas. Con una pizca de pimentón dulce mezclado con algo de pimentón picante están especialmente sabrosas. Pero se les puede añadir cualquier tipo de especia como orégano, ajo picado, pimienta negra molida, etc. o la salsa que más te guste.
Y esto es todo. ¿Has visto qué fácil y rápido ha sido preparar estas patatas fritas al microondas? Pues cuando las pruebes, te sorprenderán lo deliciosas que quedan. ¡No esperes más!