A la hora de preparar las patatas fritas chips, lo primero y fundamental es escoger un tipo de patata adecuado. Debemos escoger unas que no contengan mucha agua por dentro, ni tengan demasiado almidón.
Una vez que tengamos el tipo de patata adecuada, tenemos que intentar cortarlas lo más finitas posible. Procura utilizar un cuchillo afilado y no desesperes si al principio no lo haces bien. Es importante que queden muy finas, porque si no, no quedarán completamente crujientes. No es necesario pelarlas ya que al ser tan finitas, la piel no se nota y dar un ligero toque de color.
A continuación, enjuágalas y ponlas en un bol grande con abundante agua fría para eliminar el almidón. Si quieres asegurarte de que lo pierden todo, mételas en el frigorífico durante un par de horas.
Vamos ahora a cocinarlas. Sécalas bien con un trapo de cocina limpio y colócalas en una fuente con sal. Ha llegado la hora de freírlas. Lo mejor es utilizar aceite de oliva virgen extra, ya que el toque de sabor es realmente exquisito. Pero también puedes utilizar aceite de oliva normal.
Pon el fuego al máximo, y cuando el aceite esté muy caliente, ve añadiendo las patatas por tandas, con cuidado. Procura no añadir demasiadas a la vez, para que su fritura sea óptima y queden muy crujientes.
A medida que las vayas retirando, pásalas a una fuente forrada con papel de cocina absorbente, para que pierdan el exceso de grasa.
Así de fácil es preparar unas patatas fritas chips, igualitas que las que compras en el supermercado, pero tan ricas como todo lo que se hace de forma casera. ¡Que las disfrutes!