Ingredientes
- 1 kg. de patatas nuevas
- Aceite de oliva
- Sal
- ½ cucharada de tomillo
- ½ cuchara de orégano
- 1 cucharada de postre de ajo en polvo
- ½ cuchara de pimienta negra molida
- 2 cucharadas de harina
- 1 cucharada de sal fina
- Hierbas aromáticas (opcional)
Preparación de las patatas fritas con piel
- Lo primero que debemos hacer es escoger unas patatas adecuadas para el plato que vamos a preparar. Además de elegir unas patatas nuevas, debemos procurar que tengan una piel lo más limpia y fina posible, ya que para esta receta, como su propio nombre indica, no vamos a quitar la piel a las patatas.
- Una vez tengamos unas patatas adecuadas para esta preparación, las lavaremos muy bien bajo el agua del grifo, hasta que queden completamente limpias de tierra.
- Ponemos agua abundante con un poco de sal en una olla grande, y mientras se calienta, cortaremos las patatas en gajos. Cuando el agua esté hirviendo, metemos los gajos de patata y las dejamos 5 minutos o algo menos, hasta que estén solo un poco tiernos.
- Sacamos las patatas de la olla, y las ponemos a escurrir. Mientras se secan, vamos a preparar el condimento.
- Vamos incorporando en un bol todos los ingredientes que tenemos preparados: ½ cucharada de tomillo, ½ cuchara de orégano, 1 cucharada de postre de ajo en polvo, ½ cuchara de pimienta negra molida, hierbas aromáticas al gusto (opcional), 2 cucharadas de harina, y 1 cucharada de sal fina.
- Removemos bien hasta que se integren formando una mezcla homogénea.
- Echamos las patatas en este bol, y las empapamos bien con el condimento. Ponemos aceite de oliva abundante a calentar a fuego vivo en una sartén.
- Cuando esté bien caliente el aceite, echamos una primera tanda de patatas, procurando que queden ligeramente separadas en la sartén para que se hagan mejor.
- Las freímos a fuego fuerte durante 2 minutos aproximadamente y después bajamos el fuego a intensidad media para que se acaben de hacer (como ya están hervidas no tardarán más de 2 minutos más).
- Cuando las patatas estén doradas por fuera y tiernas por dentro las sacamos de la sartén y las pasaremos a una fuente forrada con papel de cocina absorbente, para que pierdan el exceso de aceite.
- Repetimos la operación hasta que tengamos todas las patatas listas
- ¡Y ya hemos terminado! Ya tenemos listas para tomar estas jugosísimas y crujientes patatas fritas con piel. Corre a probarlas y comprueba por ti mismo lo riquísimas que te han quedado con esta receta, ¡esperamos que te haya gustado!