Lo primero será picar la cebolla bien fina (o rallarla). Pica también el jamón serrano y el bacon en trozos muy pequeñitos.
Pon una sartén pequeña en el fuego y añade el bacon cortado. Fríe a fuego fuerte hasta que esté dorado y crujiente. Reserva
Pon una olla pequeña en el fuego y añade los 50 ml. de aceite de oliva y los 100 gr. de mantequilla. Cuando la mantequilla se haya derretido, añade la cebolla con un poco de sal y pocha a fuego medio hasta que quede transparente.
A continuación añade la harina y remueve durante unos minutos para que se tueste. Después añade el jamón y el bacon. Remueve bien.
Pon a calentar la leche en un cazo a parte o en el microondas y cuando esté caliente añádela a la olla poco a poco mientras remueves. Es importante que no dejes de remover para que no queden grumos en la preparación.
Añade a la bechamel sal al gusto, pimienta negra molida y nuez moscada. Sigue removiendo hasta que espese bastante y la masa se despegue de la olla.
Pasa la masa de las croquetas a un recipiente limpio, tápalo, y deja templar a temperatura ambiente. Después pásala a la nevera y déjala enfriar toda la noche.
Al día siguiente bate el huevo, pon la harina en un plato y el pan rallado en otro. Después empieza a armar tus croquetas.
Con la ayuda de una cuchara sopera coge una porción de masa, pásala por la harina y dale forma de croqueta. Después pásala por el huevo, y después por el pan rallado.
Cuando tengas todas tus croquetas lista, fríelas en abundante aceite caliente por ambos lados hasta que estén doradas. ¡Que las disfrutes!