Preparación de conejo al horno con patatas y vino blanco
En primer lugar, debes despresar el conejo y trocearlo. Si quieres evitarte esto, cuando vayas a comprarlo pídele al carnicero que te lo prepare para hornear.
Cuando ya lo tengas listo, colócalo en un recipiente, espolvorea por encima el tomillo, salpimiéntalo y déjalo reposar durante media hora tapado para que así se impregne de todos estos sabores.
Transcurrido el tiempo, enciende el horno y precaliéntalo a 180°C. Lava las patatas, pélalas y rebánalas finamente. Si las dejas muy gruesas corres el riesgo que te queden crudas por dentro. Por otra parte, pela la cebolla, retira la primera capa y pícala en anillos.
Pela los dientes de ajo y colócalos en un mortero junto con un poco de sal. Lava el perejil, escúrrelo, corta los tallos y machácalo todo junto. Cuando tengas ya una pasta espesa, incorpora el vino, tres cucharadas de aceite y mezcla.
Agrega el resto del aceite en una fuente refractaria y extiéndelo, encima coloca las patatas, la cebolla y después pon los trozos de conejo.
A continuación, baña con el majado de ajo y lleva al horno durante 40 minutos. Cuando hayan pasado los primeros 20 minutos, saca la fuente, voltea el conejo, báñalo con los jugos de cocción y continúa el horneando.
Cuando tu conejo al horno con patatas y vino blanco esté dorado ya estará listo para servir. ¡Muy buen provecho!
Para evitar que se reseque el conejo durante la cocción, puedes colocar la fuente sobre una bandeja con un poco de agua. Esto mantendrá la humedad dentro del horno.