El secreto de estos calamares a la romana al horno está en el rebozado, que será mucho más ligero que el tradicional y que haremos solo con harina y huevo.
Lo primer de todo será poner a precalentar el horno a 180º C con calor arriba y abajo y limpiar las anillas de calamar bajo el agua del grifo. Después las dejamos que escurran bien.
Para que el rebozado nos quede lo más esponjoso posible vamos a separar las claras de los huevos (reservamos las yemas) y las montamos un poco con unas varillas de cocina. No es necesario llegar al punto de nieve pero si que suban un poco.
Cuando tengamos las claras listas, les añadimos las dos yemas y removemos con suavidad para que no se nos baje la mezcla.
Después le añadimos la harina y la sal volvemos a remover bien. El resultado debe ser una masa líquida homogénea. Si la tuya ha quedado demasiado espesa añádele un poquito de agua, y si te ha quedado muy líquida añádele un poco más de harina.
Cuando tengas la masa perfecta para rebozar, mete las anillas de calamar y remueve para que se cubran con la masa.
Cubrimos con papel de aluminio la bandeja del horno o el fondo para evitar que se manche. Colocamos los calamares (ten cuidado que no goteen mucho) en la rejilla del horno. Tenemos que colocarlos estratégicamente para que no se caigan.
Introducimos la rejilla en el horno alrededor de 10 minutos a 180ºC y cuando estén dorados los sacamos. ¡Qué aproveche!