Su preparación es bien sencilla: en un vaso grande vas a echar un buen puñado de cubitos de hielo, hasta que más o menos superes la mitad del vaso.
Vierte entonces la ginebra, seguida del zumo de limón, la salsa worcestershire, el tabasco y salpimienta a tu gusto. Remueve bien los ingredientes con una cucharilla o una varilla de metal.
Vierte entonces la salsa de tomate hasta llenar por completo el vaso y vuelve a remover otra vez.
Coloca una rodaja de limón, haciéndole una incisión en un lado, en el borde del vaso y listo para tomar.