Preparación de las berenjenas a la parmesana sin horno
Para empezar a preparar las berenjenas a la parmesana sin horno, lo primero que haremos será lavarlas bajo el agua del grifo y cortarlas en rodajas. Dales un grosor de entre 5 y 10 milímetros, es decir, un dedo.
Ahora que ya tienes las berenjenas listas, colócalas en un recipiente con agua y un poco de sal para que suelten el líquido que contienen en su interior. Déjalas ahí entre media hora y cuarenta minutos y, a continuación, ponlas a secar. Si quieres, puedes utilizar papel de cocina para asegurarte de que pierden toda la agua.
Coge ahora un plato hondo y bate dos huevos. Coloca en otro plato el pan rallado y pon un dedo de aceite en una sartén a calendar. Vamos a rebozar las rodajas de berenjena.
Coge cada rodaja y pásalas primero por los huevos y luego por el pan rallado y, tras esto, ponlas a freír en la sartén con el aceite. Ve comprobando de vez en cuando el color de las berenjenas y asegúrate de que quedan bien doradas antes de sacarlas.
Según vayas sacando las berenjenas de la sartén, pásalas a una fuente forrada con papel de cocina absorbente, para que suelten el aceite y no queden excesivamente grasientas.
Ahora vamos a preparar un poco de salsa de tomate. Primero lava y pela la cebolla y los dientes de ajo y córtalos a trozos. Ponlos en una sartén con un poco de aceite.
Pela y corta el tomate y, cuando la cebolla y el ajo estén pochados, échalo en la sartén. Añade también un poco de sal y de orégano y deja que cueza todo a fuego medio durante unos quince minutos. Ve removiendo de vez en cuando y asegúrate de que los tomates estén bien machacados.
En una sartén a fuego entre medio y bajo, coloca las berenjenas fritas y, sobre ellos, una capa de queso provolone o mozzarella, y otra de salsa. Repite esta operación hasta terminar los ingredientes, pero la última tiene que ser de queso.
Por último, espolvorea el parmesano por encima y echa un poco más de orégano y de albahaca y déjalo al fuego durante cinco minutos cubierto con una tapadera para que se derrita el queso. ¡Ya podemos tomar nuestras berenjenas a la parmesana sin horno! Verás qué ricas te han quedado, ¡muy buen provecho!