Lo primero que debes hacer es lavar muy bien los calabacines, colocándolos bajo el agua del grifo y enjuagándolos varias veces. Para esta receta no les debes quitar la piel, así que déjalos enteros.
Corta los calabacines en rodajas gruesas (entre 1 y 2 centímetros está bien), y cuando las tengas, córtalas por la mitad también.
Quítale la piel a la patata, repásala para comprobar que no queda ningún resto y enjuágala también bajo el grifo, hasta que no contenga nada de tierra. A continuación córtala en pedazos.
Pela también la cebolla, y pícala en trozos (no hace falta que sean demasiado pequeños, pero que tampoco sean muy grandes).
Incorpora en el vaso de la thermomix tanto los calabacines, como las patatas, la cebolla, el aceite y la mantequilla. Una vez que hayas reunido todos los ingredientes, programa tu robot de cocina 10 minutos, a temperatura varoma y velocidad 2. No coloques el cubilete.
Cuando termine el programa, baja hacia las cuchillas los restos que se hayan disparado a las paredes y la tapa, con ayuda de una espátula.
A continuación vierte 600 gr. de agua (un par de vasos y un poquitín más) en el vaso de la thermomix, junto con la sal. Programa en esta ocasión 20 minutos, a temperatura varoma y velocidad 2, pero ahora sí con el cubilete colocado.
Después echa los quesitos en el vaso de tu robot de cocina, y espera unos minutos hasta que la temperatura baje a 80 grados (esto puede tardar entre 10 y 15 minutos aproximadamente). A continuación, programa 2 minutos, a velocidad progresiva 5-7-10.
Prueba el puré, para ver si necesita un poquitín más de sal. En ese caso añádesela, y programa el robot 5 segundos, a velocidad 3. Vuelve a probar, para ver si está al fin a tu gusto o debes repetir la operación.
¡Y nada más! Gracias a tu thermomix, ya tienes listo un puré de calabacín para chuparse los dedos. No esperes más, y corre a tomarlo ahora que está bien calentito, ¡que lo disfrutes!
