Tienes que tener la mantequilla bien blanda y manejable. Ponla en un bol y la bates con 160 gr. de azúcar (el resto guárdalo para luego). Conseguida una especie de crema, echa las yemas de los huevos sin las claras, para utilizarlas después, y vuelve a batir hasta lograr una mezcla homogénea.
Derrite el chocolate en el microondas al baño maría o en una cacerola con un poco de mantequilla y échalo a la mezcla, luego bate de nuevo.
Machaca las almendras en el mortero, hasta que acaben bien molidas y las echas a la mezcla. Seguidamente vierte la harina, sin dejar de remover en ningún momento y bate hasta que la mezcla tenga más consistencia.
En otro bol vas a batir las claras que has guardado de los huevos junto con el azúcar restante, para llevarlas al conocido punto de nieve. Vierte la mezcla del otro bol y bate con cuidado, para que no se desmonten las claras.
Unta con mantequilla, o enharina, el molde que vayas a utilizar. Vierte la mezcla y mete al horno a 180º C por 10 minutos. Terminado, baja la temperatura a 160º C y deja que se haga por unos 25 minutos.
Mientras se enfría un poco, vamos a ocuparnos de la cobertura. Echa el chocolate a una cacerola, junto con dos cucharas de mantequilla y cuatro grandes de nata líquida, y remueve hasta hacer una mezcla única.
Con el bizcocho ya más frío, lo cortas por la mitad en horizontal. Recubre la parte baja con la mermelada del sabor que prefieras, aunque te recomendamos que mejor utilices la de albaricoque, y une las dos partes.
Solo te queda derramar el chocolate que has preparado, untar bien y meter la tarta en la nevera para que repose.
La podéis decorar con lo que queráis; nata, más chocolate, chocolate blanco… la decisión es vuestra.