Si quieres hacer el auténtico pollo rebozado con almendras lo primero de todo es macerar la para carne coja sabor. Para ello, la mañana antes de hacer este plato, salpimienta las pechugas de pollo a tu gusto y rocíalas con aceite de oliva. Después déjalas en la nevera para que se maceren.
En el momento de cocinar el plato corta el pollo en tiras de un dedo de grosor y resérvalas.
Si no has comprado las almendras ya molidas, con la ayuda del mortero machaca las almendras hasta convertirlas en polvillo. Ese mismo polvo lo vas a mezclar con el pan rallado en un plato, removiendo con ayuda de las manos, hasta que ambos estén bien integrados.
Bate el huevo en otro cuenco, al que le añades un poco más de sal y pimienta. Y en un plato hondo echa la harina.
Ahora empieza a empanar las tiras de pechuga de la siguiente manera: Primero enharina cada trozo de pechuga de pollo, luego los bañas en el huevo para posteriormente empanarlo en la mezcla de pan rallado y almendras. Asegúrate de que todos los trozos quedan bien cubiertos con el pan rallado.
Es el momento de poner una sartén en el fuego con abundante aceite de oliva. Cuando el aceite esté caliente fríe los trozos de pollo de poco en poco para que no se amontonen durante unos 3-4 minutos y dándoles la vuelta para que se hagan por ambas caras.
Una vez los trozos de pollo estén dorados, sácalos y pásalos a un plato con papel absorbente para que suelten todo el aceite y pasados un par de minutos el pollo frito con almendras está listo para comer. ¡Seguro que te encanta!