Vamos a empezar por las patatas. Lávalas, pélalas y córtalas como más te guste, a tiras o a lo pobre. La forma depende de tu elección.
A continuación, coge una sartén grande y ponle un dedo de aceite. Echa el ajo y, cuando veas que empieza a freírse, incorpora las patatas junto con un poco de sal. Es importante que el fuego este a baja potencia porque, aunque tardarás más en hacerlas, te asegurarás de no quemarlas por fuera.
Las patatas tienen que estar al fuego unos quince minutos así que, mientras tanto, vamos a preparar los huevos. Coge una sartén y echa un poco de aceite. No es necesario que pongas un dedo de aceite pero con un chorrito tampoco será suficiente; así que, echa una cantidad intermedia.
Cuando esté caliente, rompe la cáscara de uno de los huevos y añádelo a la sartén. Con la ayuda de una cuchara de plástico, salpica el huevo con el aceite caliente y así conseguirás que se haga por encima. Repite este proceso con los otros tres.
En cuanto las patatas y los huevos estén listos, todo lo que tienes que hacer es colocarlo en el plato. Pon las patatas en papel de cocina para que pierdan todo el aceite y luego ponlas en un plato. Coloca sobre ellas los huevos con cuidado y sírvelo acompañado de tus salsas favoritas. ¡Tus patatas fritas con huevo ya están listas!