Para empezar a preparar esta rica panna cotta, lava bien las fresas, quita los tallos, escúrrelas, rebánalas y reserva.
Luego, para hidratar la gelatina, coloca agua en un recipiente y sumerge las láminas en ella sin que se monten una sobre la otra. Deja reposar durante unos 10 minutos.
Mientras tanto vierte las fresas en un bol grande, mézclalas con el azúcar y deja que se reposen también por 10 minutos.
A continuación, agrega la nata a una olla y ponla a cocinar a fuego bajo, removiéndola ocasionalmente para evitar que se pegue del fondo.
Transcurrido el tiempo recomendado notarás que el azúcar y las fresas formaron una suerte de jugo, en el mismo bol tritúralas con una batidora. Si no tienes puedes usar una licuadora también. Reserva.
Después, escurre las láminas de gelatina con las manos e incorpóralas a la nata. Aparta del fuego y revuelve para disolver.
Agrega la nata en la mezcla con las fresas trituradas y mueve para integrar. Vierte en los moldes que seleccionaste y lleva al frigorífico para que se endurezca durante 6 horas mínimo.
Cuando ya tu panna cotta de fresa esté cuajada, desmóldala pasando los moldes durante unos segundos por agua caliente. Puedes decorar con frutos rojos o un poco de sirope. ¡Qué aproveche!
