Para empezar debes desalar el bacalao remojándolo en agua durante 36 horas. Guárdalo tapado dentro del frigorífico y cámbiale el agua dos veces al día.
Una vez desalado, enjuágalo, escúrrelo, quítale la piel, las espinas y trocea. Pela la cebolla y el ajo y córtalos a tacos. Lava el perejil y trocéalo. Reserva.
Agrega la cebolla y los ajos en el vaso de tu thermomix y tritura durante ocho segundos a velocidad 5. Luego retira y reserva en un cuenco.
Coloca el bacalao en el vaso sin lavarlo y tritúralo a velocidad 4 durante diez segundos. Añade la leche y cuece durante quince minutos, a una temperatura de 90°C, velocidad cuchara.
Al terminar, añade la mantequilla, el aceite y caliéntalos a temperatura varoma, velocidad cuchara durante dos minutos. Incorpora nuevamente la cebolla, los ajos, el perejil y sofríe durante diez minutos a 100°C, velocidad cuchara.
Añade la harina y cocínala durante cuatro minutos, velocidad 1 conservando la última temperatura. Agrega luego la nuez moscada, salpimienta y cuece durante ocho minutos a una temperatura de 90°C, velocidad 4.
Si tu mezcla tiene una consistencia cremosa ya estará lista, no debe quedar aguada. Viértela en una fuente, tápala con un film y refrigérala hasta que se compacte.
Saca la masa del frigorífico y arma tus croquetas con las manos, luego pásalas por el huevo batido, el pan rallado y fríelas en aceite bien caliente hasta que se doren.
Para terminar, déjalas en un papel con papel de cocina para que pierdan el aceite que les sobra y, ¡a disfrutar!