En primer lugar, pon a precalentar el horno a 160ºC y coge una cazuela de barro, vamos a preparar ahí el cabrito al horno con miel. No obstante, asegúrate primero de que sea apta tanto para ser utilizada al fuego como para horno.
Mientras se va calentando el horno, pela las cebollas y los ajos y pícalo todo muy pequeñito. Ponlo en la cazuela con un poco de aceite a fuego medio y espera a que se doren. Una vez que se hayan sofrito las cebollas y los ajos, añade las paletillas de cabrito y deja que estén al fuego un par de minutos por cada lado.
Ahora quita la cazuela del fuego y añade las hebras de azafrán y el pimentón. Remueve y vuelve a poner la cazuela al fuego y, a continuación,, añade las hojas de laurel, el vino, la sal y la pimienta blanca.
Remuévelo todo para que se mezclen los ingredientes, pon el fuego al mínimo y espera cinco minutos. Así, se reducirá la salsa y se evaporará el alcohol. Prueba la salsa y rectifica de sal si fuera necesario.
Si ya está bien caliente el horno, introduce la cazuela de barro y espera unos 35 minutos aproximadamente. Abre de vez en cuando el horno y vierte un poco de su propia salsa por encima de las piernas de cabrito para que no se sequen y queden muy jugosas. Pasado este tiempo, dales la vuelta a las piernas de cabrito y espera unos 35 minutos más.
Quince minutos antes de sacar el cabrito, pon en un olla la miel y el vinagre. Mezcla bien ambos ingredientes y pon la olla al fuego a potencia media hasta que reduzca la salsa. Tienes que estar removiendo todo el tiempo.
Cuando queden unos 10 minutos para sacar el cabrito, sube la temperatura del horno a 180ºC, saca la cazuela y vierte parte de la salsa de miel sobre las piernas de cabrito. Introduce de nuevo la cazuela en el horno y, cuando pasen 5 minutos, vuelve a sacarla y echa el resto de la salsa de miel. Vuelve a meter la cazuela en el horno otros 5 minutos más.
¡Y listo! Ya puedes apagar el horno, apartar y pasado un minuto o dos, servir este sabrosísimo cabrito al horno con miel. No esperes más y corre a la mesa para comprobar lo exquisito que te ha quedado. ¡Que aproveche!