Empezamos quitando la piel de los mangos y cortando la pulpa en trozos. Cuando la tengas, procésala en la licuadora con un poquito del caldo de pollo hasta tener una mezcla homogénea.
Luego añade al vaso de la licuadora el azúcar, la leche evaporada, el resto del caldo y sal y pimienta al gusto. Procesa nuevamente hasta que todos los ingredientes estén bien integrados.
Verte la preparación en un bol de vidrio, rectifica la sal y refrigera en la nevera durante una hora aproximadamente.
Pasado el tiempo, sirve tu sopa fría de mango y espolvorea cada porción un poco de nuez moscada. ¿Qué tal te quedó? ¡Corre a probarla, seguro está de rechupete!