Empieza precalentando el horno a una temperatura de 200ºC y, a continuación, tienes que limpiar bien el capón. Añádele ahora sal y átalo con una malla o un hilo apto para asar. Déjalo reservado.
Unta bien toda la superficie del capón con la manteca de cerdo. Retira la piel a los dientes de ajo y machácalos en un mortero. Una vez que estén muy triturados, añade el vino blanco y remueve bien ambos ingredientes.
Coloca el capón en una fuente apta para hornear o la bandeja del horno y úntalo con la mezcla que acabas de preparar en el mortero.
Pasa el capón al horno y deja que se haga durante aproximadamente una hora y media. Si te parece que se está quedando un poco seco, puedes regarlo con un poco de agua.
Transcurrido el tiempo señalado, baja un poco la temperatura del horno a 180ºC o 200ºC y riega el capón con el brandy. Deja que termine de hacerse durante otros treinta minutos regándolo de vez en cuando con los propios jugos que vaya soltando.
Una vez que esté bien asado, ya puedes apagar el horno y apartar el capón. Como has podido comprobar, preparar un capón al horno sin relleno es muy sencillo y lo mejor de todo es que está exquisito. ¡Corre a probarlo ya!
