En primer lugar lava bien los pimientos bajo el agua del grifo, y córtalos lo más pequeñitos que puedas. Pela las cebollas y las zanahorias, y pícalas también muy pequeñitas. Haz lo mismo con los dientes de ajo.
Vierte un fondo de aceite de oliva en una cacerola, y ponlo a calentar a fuego medio. Una vez esté bien caliente el aceite, añade la cebolla con una pizca de sal, para que suelte sus jugos y se haga mejor.
Cuando comience a pocharse la cebolla, vierte el vino blanco y añade un poco de orégano a tu gusto. Sube el fuego, espera a que se evapore el alcohol, y después baja el fuego y coloca una tapadera en la cacerola.
A continuación añade el resto de las verduras a la cacerola, y deja que cuezan hasta que todas estén bien pochadas. Remueve de vez en cuando los ingredientes para que no se peguen, y espera a que se evapore el líquido.
Incorpora la carne en la cacerola, remueve y espera a que empiece a coger color. En ese momento vierte el vino tinto, y sube el fuego para que el alcohol se evapore.
Añade el tomate triturado, la salsa de tomate, el laurel y prueba de sal, para rectificar si fuera necesario. Disuelve el tomate concentrado en un poco de agua, y añádelo también junto con la cucharada de caldo de carne. Finalmente añade hierbas provenzales a tu gusto.
Deja que cueza la salsa a fuego medio durante unos 2 minutos, y a continuación, baja el fuego al mínimo y espera 60 minutos. Remueve de vez en cuando, para que no se peguen los ingredientes.
Y ya puedes apagar el fuego, apartar y servir esta exquisita salsa boloñesa italiana. Seguro que se te hace la boca agua tan solo con verla, así que no esperes más y corre a disfrutar de su exquisito sabor.