Antes que nada, lavamos muy bien la coliflor bajo el agua del grifo. Enjuágala unas cuantas veces y córtala en arbolitos. Volvemos a enjuagarla unas cuantas veces más, hasta que quede completamente limpia.
En una olla grande vamos a poner bastante agua a hervir pero presta atención porque, si pones demasiada, se saldrá.
Añade una pizca de sal y pon a cocer la coliflor unos quince minutos, hasta que esté tierna. Comprueba de vez en cuando con un tenedor, hasta que esté en su punto.
Cuela la coliflor y deja que se enfríe en una escurridera para que se seque del todo. Mientras tanto, vamos a poner en un recipiente la media taza de harina de arroz, un poco de sal y el agua.
Removemos consistentemente hasta que quede una textura algo espesa. Mientras tanto, en otro recipiente, vamos a echar el pan rallado, el pimentón dulce, el ajo en polvo y una pizca de sal. Removemos bien.
Cuando la coliflor esté bien escurridita, pásala primero por el rebozado de harina y luego por el de pan rallado. Pon a precalentar el horno a 180ºC.
A continuación, vamos a humedecer ligeramente la coliflor con aceite. Para ello, simplemente tienes que ponerte un poco de aceite en las manos e ir engrasando ligeramente cada arbolito, sin empaparlo demasiado.
Ve colocándolos en una fuente apta para hornear, y cuando estén todos, pásalos al horno y deja que se hagan unos veinte minutos aproximadamente. El tiempo es orientativo, lo mejor es que compruebes por ti mismo que ya tienen un tono doradito.
¡Y esto es todo! Ya podemos degustar esta exquisita coliflor rebozada vegana. Si quieres que esté lo más crujiente posible, tómala enseguida al sacarla del horno. ¡Que aproveche!